Galeriassalidas 2014

Espigüete (2.451 m)

By 21/09/2014 febrero 26th, 2018 No Comments
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Fin de semana palentino (del 19 al 21 de septiembre de 2014) parte II – crónica por Estibaliz Dilla

Domingo 21-09-14

La jornada dominical amaneció casi del todo despejada y bastante fría. Esta vez paramos en un parking un poco más abajo de Cardaño de Arriba, desde el cual se enfila la senda del Mazobre, que nos lleva en poco menos de una hora a una cascada bastante aconsejable para ver. Después de esta parada turística, decidimos seguir la ruta que nos marcaba el track que se había elegido para la jornada, que nos llevaría a hacer una ruta circular. Tras salirnos del camino casi llano que nos había llevado a la cascada, cogimos una hilera de hitos que salían hacia la izquierda del camino, pero tras unos pocos metros como se desviaba de las indicaciones del gps, dimos marcha atrás y enfilamos por una cuesta llena de piedras que no parecía muy larga. Una vez que sobrepasamos este tramo empinado de cuesta, salimos a un camino que se veía que nacía de un origen más alejado hacia el inicio de la senda del que habíamos cogido nosotros. Así pues seguimos el camino que nos llevaba llaneando primero y sorteando piedras grandes después, a los pies de la impresionante mole de piedra blanca que es el Espigüete. La encaramos por su lado norte. Desde allí no se alcanzaba a ver la cima, pero pudimos comprobar que la ascensión iba a ser dura, larga y que prometía mucho esfuerzo físico. Así que seguimos los hitos de piedra que nos llevaron al principio por una pedrera fácil de abordar, pero cuando se fue haciendo el camino más exigente, llegamos a un tramo de piedra descompuesta y resbaladiza, en el que los palos no nos eran de mucha ayuda, y tuvimos que echar amarres al suelo con pies y manos para poder avanzar en aquel canchal tan pendiente. Hubo un momento en que me bloqueé y me quedé entrincada. No sabía como seguir sin que me temblaran las piernas ni adonde agarrarme sin ver como me deslizaba hacia abajo por la ladera de piedrilla. Así que como no tenía intención alguna de bajar y sabía que no me quedaban más narices que ascender, Gonzalo, gran compañero de expedición, tuvo que descender un tramo para ayudarme a seguir, indicándome donde poner los pies, haciendo huella con sus botas para que yo pudiera sobre pisarlas, y tumbando el peso del cuerpo ladeándome hacia la montaña conseguí sortear las dificultades. Después seguimos en una continua y entretenida trepada entre piedras y rocas que no dejaba un respiro a las piernas ni a la mente. Y así seguimos encaramándonos al imponente Espigüete(2.450 mt) que todo lo que tiene de hermoso lo tiene de cañero. Por fin llegamos a la cresta de la montaña que tras unos pocos metros andando sobre ella sin peligro pero atentos, nos lleva a la cruz donde corona esta preciosa montaña. Las vistas desde allí son impresionantes, pues se ven todos los Picos de Europa, el pantano de Riaño, y todo el parque de Fuentes Carrionas. Creo que la subida nos llevó cerca de tres horas y media. Cierto es, que por nuestra ruta no vimos ascender a nadie, aunque sí que vimos luego como descendían otros que habían subido por nuestro track de bajada. Se supone que la cara más fácil para ascender esta cumbre es la Sur, aunque dudo mucho que haya alguna realmente fácil, si tenemos en cuenta el esfuerzo físico que requiere su encumbramiento. Tras reponer fuerzas al lado de la cruz llena de banderas de colorines, no nos entretuvimos mucho pues nos esperaba un largo descenso. Después de crestear un buen tramo agarrándonos a las piedras, trepando y destrepando por ellas, sin relajarnos ni un momento, fuimos ganando terreno hacia abajo por el lado este de la montaña, que impresiona por la gran altura y caída que se impone ante nuestros ojos si miramos hacia la cara norte. La bajada creo que nos llevó también cerca de tres horas y media en total. El descenso es con fuerte desnivel, sin ningún descanso, con palas de piedra lisa y firme en la que las botas agarran bien, y cuando mirábamos hacia arriba para ver lo descendido entendimos que la subida por allí hubiese sido también bastante dura por los orgullosos repechos que hay que sortear. Después seguimos por sendero de piedra ya más pequeña y descompuesta, salpicada por hierba que cada vez se hacía más abundante a medida que declinábamos la loma. Sin duda los últimos veinte minutos fueron los más pesados y cansinos, debido al calor, al cansancio acumulado y al esfuerzo que se queda tatuado en las rodillas.

De nuevo eran ya las 16:00 cuando llegamos todos los componentes al parking.
Excelente día, orgullosos y contentos de haber realizado por fin un sueño ansiado desde hace tanto tiempo en nuestros corazones.

A mis oídos ha llegado algún que otro comentario de que subir al Espigüete era parecido a ir al Pagasarri. Es evidente, que quien dice este tipo de cosas no sabe lo que está diciendo. Para mí esta montaña ha sido una de las más exigentes de las que he subido desde hace tiempo. Eso sí, merece la pena y mucho.
Como siempre la incansable cabeza de este equipo de montañeros que nos guía entre pico y pico, ya está planeando la próxima misión a encumbrar en tierras castellanas:

“Estitxu, el próximo año a Riaño, a subir el Gilbo” Este hombre no descansa nunca, ni cuando está arriba en la montaña ni cuando ha bajado de ella.

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